GENÓMICA MICROBIANA Y BIOLOGÍA DE APICOMPLEJOS
Publicado en:29/12/2022
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Con el apoyo del Banco de Seguros del Estado, en el marco de un convenio de promoción del trabajo científico nacional, el Institut Pasteur de Montevideo creó dos laboratorios de investigación que, después de cuatro años, lograron importantes avances: desde la generación de conocimientos sobre las bacterias que habitan nuestra flora intestinal o el ambiente, hasta algunos parásitos que causan enfermedades en humanos y animales de producción.
En general, gracias al impulso del BSE, ambos laboratorios pudieron crear ámbitos de investigación novedosos, formar investigadores jóvenes que fortalecen la comunidad científica local y comprar equipos e insumos para realizar su labor.
En particular, el Laboratorio de Genómica Microbiana (LGM), liderado por el Dr. Gregorio Iraola, se enfocó en el estudio de las bacterias que conviven naturalmente en el organismo de humanos y animales y también las que habitan en el ambiente. Sobre ellas, el laboratorio estudió tanto sus características y mecanismos de acción —para causar enfermedades, por ejemplo— como su respuesta a los antibióticos que las eliminan.
Sobre esto último, derivado del mal uso de los antibióticos en las últimas décadas, algunas bacterias desarrollaron resistencia a fármacos que antes las mataban, pero que ahora ya no funcionen. Esto, en la práctica médica, impacta en que algunos medicamentos que eran efectivos para tratar enfermedades ya no son útiles.
El LGM también se dedicó al análisis de la resistencia de algunas bacterias presentes en el ambiente que son dañinas para humanos y animales de producción.
En esta línea, el laboratorio realiza estudios en efluentes de hospitales y saneamiento urbano de Montevideo. La tarea involucra la recolección y análisis de muestras en estaciones de bombeo del sistema de saneamiento municipal y cerca de hospitales para monitorear la presencia de microorganismos que puedan ser indicador de brotes de enfermedades.
Además, durante la pandemia, el LGM formó parte del trabajo del Centro de Innovación en Vigilancia Epidemiológica (CiVE). Si bien no es su único cometido, el CiVE fue clave en el estudio y vigilancia del virus SARS-CoV-2 y el LGM aportó su conocimiento para la identificación de las variantes del virus que han circulado en Uruguay. Estos datos fueron de gran valor para el Ministerio de Salud Pública y de interés para la población.
Fuera de fronteras, el trabajo del LGM también tuvo impacto internacional porque creó y consolidó el Consorcio Latinbiota, que dirige Iraola desde Uruguay. Este consorcio incluye a investigadores de 10 países de América Latina y tiene como fin crear un “mapa” del microbioma (bacterias del intestino) de las poblaciones de la región.
Así como si fuera la “huella dactilar latinoamericana”, mediante estudios sobre la composición de bacterias presentes en el organismo de personas de los países involucrados, el consorcio busca conocer cuáles son aquellas que son más comunes en nuestro continente. Esta información es útil pues cada vez hay más estudios que confirman el rol clave que juega en la salud humana las bacterias que viven naturalmente en el intestino.
En tanto, el Laboratorio de Biología de Apicomplejos (LBA), liderado por la Dra. María Eugenia Francia, se focalizó en estudiar los mecanismos de infección de un grupo de parásitos —llamados apicomplejos— que causan enfermedades de gran importancia para humanos —como la toxoplasmosis o la malaria— y animales —como la neosporosis y la criptosporidiosis—, entre otras.
El trabajo del LBA usó como modelo a dos parásitos de relevancia —Toxoplasma gondii y Neospora caninum— para conocer su genética e identificar formas de tratar las enfermedades que causan, diagnosticarlas y prevenirlas.
En particular, los investigadores lograron postular que en el grupo de los apicomplejos hay un elemento que, debido a que solo está presente en este tipo de parásitos, puede servir para diseñar fármacos dirigido. Usar esos elementos como blanco terapéutico puede ayudar a diseñar fármacos más efectivos que los pocos que existen actualmente, que además tiene muchos efectos adversos.
Asimismo, el LAB, junto a la empresa ATGen, logró poner a punto un ensayo simple para la detección del parásito Toxoplasma gondii en ovinos nacionales. Este kit muestra resultados mejores que los de los kits comerciales, lo que tiene impacto a nivel sanitario y económico en el sector agropecuario. El LAB también estudia el parásito Neospora caninum, que es la causa principal de abortos en bovino y provoca grandes pérdidas económicas al sector ganadero.
Por otra parte, el laboratorio realizó colaboraciones con la policlínica de alto riesgo obstétrico del Hospital de Clínicas, la Catedra de Infectología de la Facultad de Medicina de la Udelar y el Departamento de Neonatología del Hospital Pereira Rossell para avanzar en el conocimiento de la toxoplasmosis en mujeres embarazadas.
Como parte de la colaboración, al momento del parto, el LAB recibe muestras de la placenta y sangre de cordón umbilical de pacientes gestantes con diagnóstico de toxoplasmosis durante el embarazo. Actualmente, trabajan en investigación con muestras de unas 20 pacientes.
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